domingo, 25 de mayo de 2008

Locos de atar. Locura / verdad

“Hay cientos de historias navegando en mi cabeza, no tienen bazos ni piernas, cabeza o corazón, sólo tienen almas, pequeños sueños. Un reflejo de momentos y recuerdo.” – Claudia González B.


Existe una delgada línea entre la verdad y la locura, por lo menos eso es lo que creo. Sé que no existe la verdad absoluta, sólo la propia, pero ni siquiera esta es tenemos clara. Somos ignorantes de nuestras propias verdades, tan sólo unos cuantos privilegiados saben con certeza quienes son. No necesariamente el hombre o mujer más inteligente, sino el más feliz. Sin embargo, tanto la felicidad como la verdad son conceptos difíciles de dilucidar, son como el agua que tratas de sostener entre tus manos cerradas como vasija (pocillo), logras retenerla algunos segundos, tan sólo unos segundos. Por lo mismo, sabes lo que es felicidad y verdad, tienes esos conceptos arraigados en ti, como lo son el amor, la familia, la amistad y la vida. Sabes, mas no como describirlos.

El mundo no es cuerdo, vive sumergido en un estado de locura latente, tal y como Joe Haldeman lo describe en su libro “Paz interminable”, creemos estar viviendo en normalidad, intentando introducir nuestras conductas al concepto de “cuerdo”, pero no, somos todos unos locos. Es gracioso como el libro, anteriormente mencionado, expone a la guerra como un estado de paz, necesaria para el bien de la humanidad, lo mismo es con la locura. Somos extraños, bizarros, “freaks”, bichos raros de diversas formas y cada uno a su manera. Alguna vez escuche que si todos fuesen especiales, no habría realmente alguien especial.

Locos de atar… ah, pero si todos somos locos, entonces nadie es loco. Es por eso que pasan desapercibidas los gestos extraños, las miradas maniáticas y el pánico infundado. Locura. Felicidad. Verdad. Amor.