domingo, 26 de junio de 2011

años

Sin miedo de decir que el tiempo rasga heridas que parecían estar cerradas, declaro ahora mismo que estoy herida.

Dos años en que mis lágrimas crearían océanos, inundarían pueblos y crearían ríos.

Dos años en que pude abandonar todo aquello que me sostenía, donde pude haberme dejado vencer por el miedo, donde pude haber hecho nada.

Dos años

Como pasa el tiempo.

Aun me veo con ojos asustados, fantasías a flor de piel y deseos de poder, verdadero poder, aun me veo como un buen proyecto, y solo a veces logro distinguir que mi destino está a tan pocos meses de cumplirse.

A un paso de caer por un barranco, a dos de morir, a tres de despertar, a cuatro de revivir, a cinco de renacer y a seis de empezar toda una nueva vida. un paso por cada mes en que la meta se hace materia en mis manos y no simple polvo de lejanos sueños.

Tengo miedo. siento que las sombras de lo desconocido de abalanzan sobre mi y que no voy a ser suficiente, siento tal tormenta avecinándose ante mi que no podré aguantar su fuerza y me dejaré caer aun que no quiera, siento que no voy a poder…

Pero sí puedo.

jueves, 29 de octubre de 2009

un momento sin tiempo...(literalmente)

De la imagen que veo en un espejo, un recuerdo me devuelve la mirada. No soy yo ni ahora ni antes, es él, que me mira juzgando mi vida. No encuentro mejor solución que gritarle hasta darme cuenta que le grito a la nada, “nada soy y nada tengo” comienzo a pensar y el frío golpe de la vergüenza me eriza la piel. Tengo frío.

La imaginación vuela y creo ver un espíritu pasar tras de mi, mas es sólo el viento que una ventana mal cerrada ha dejado pasar. El miedo se hace presente en mi corazón, que salta frenético y desesperado, quiere escapar. “cálmate, cálmate, cálmate. No pasa nada aquí”.

Prender la luz sería buena idea, pero algo en la oscuridad me da una mórbida paz, un cálido abrazo que convive con el pánico, mi mente sabe que algo está mal, mas no hace nada al respecto.

Él ¿quién es él? Nadie, todos, tú, yo, ella, nosotros, alguien… malos recuerdos, buenos recuerdos, todo aquello que nos hace y nos deshace, la gente y los lugares, el mundo, mi mundo, mi realidad, mi locura y sabiduría jugando con ideas prematuras.

sábado, 23 de mayo de 2009

ella llora

Trató de decir tantas cosas al mismo tiempo y las palabras tropezaban con sus pensamientos, sus sentimientos ponían barreras que no podía superar y su cuerpo se quedaba quieto a la espera de alguna respuesta, alguna reacción, pero ésta nunca llegaba. Que frágil se tornaron sus brazos, que débil el sonido de su voz, transparente y delicada llegó a tener multitudes a sus pies implorando la más mínima mirada, el más pequeño brillo de sus ojos.

Y ella vacía, recostada en el lecho de su muerte los miraba con desprecio sin que ellos se dieran cuenta, no pudo ocultar la desesperación y la rabia que brotaba de sus ojos, aunque de su cara colgaban sonrisas blancas y centelleantes, mentiras disfrazadas, mas nadie notó la diferencia y ella guardó sus penas en el fondo de su corazón… otra vez. 

Los años corrieron tras sus pasos hasta que la pudieron alcanzar, toda una mujer encontraron. Hecha y derecha, decía. Fuerte e indestructible, decía. débil, débil, débil, pensaba. 

Recordando encontró nada que valiera recordar y se quedó esperando el recuerdo que la hiciera revivir. cumplió todos sus sueños, sola.

sábado, 25 de abril de 2009

vida

De lágrimas negras se cubren mis ojos, que lloran con el recuerdo de tiempos pasados, aquellos que nunca sucedieron, que sólo son sueños transformados en momentos, pero momentos tan bellos. a veces deseo no despertar. 
Mi vida, larga carretera desierta, desfila ante mis ojos en pernoctas placenteras y llenas de fantasías que deseas no terminen nunca, y te preguntas ¿es tan desierta?
La riqueza de mi vida está en los sueños que me cubren, segunda piel mía, bañándome bajo aguas cristalinas de hielos fríos que me mantienen aterrizada. Esto no es vida, digo de mis sueños, abro los ojos y sonrío, esto es vida, el calor húmedo de las tardes, el gélido frío de las mañanas, el ronquido de los caminos, la bulla de los autos, el dolor, la soledad, la amistad, todo lo bueno y todo lo malo.
Nada tengo para entregar más que a mi misma ¿será suficiente? que importa, nunca nada es suficiente porque ha de serlo yo, por que he de romper mis huesos por otros, cortar mis sueños por otros y caer por otros sólo para tratar de ser suficiente, no... yo basto.

sábado, 28 de febrero de 2009

Batallas

Pensé que me quebraría en un millón de pedazos y que sería difícil volverme a armar, pero me engaño a mi misma. Me caí y levante al mismo tiempo, tuve ganas de llorar tantas veces y me tragué esas lágrimas que querían escapar de mis ojos, forzando a  mi cuerpo a límites de los que no me creí capaz. Fallé y perdí la fe que me tenía, por un momento me encontré suspendida en el infinito lamentando mi situación, pero que más podía hacer así soy, exigiéndome donde no puedo y cegada ante la autocrítica.

Ahora la vida es un claro vaso de agua. Temo, sí, temo ante esta aparente felicidad y facilidad, ante esta inesperada estabilidad, temo porque todo desaparezca de un momento a otro y me quede sola. Lucho contra mis demonios, esos que me dicen que estoy sola y que lo estaré por siempre, pues para alguien como yo no hay ese alguien que me entienda; lucho contra esa parte de mi que me hunde y desvía, que me cubre los ojos con manos pegajosas y grasosas, negras de maldad; contra un ejercito de malos recuerdos y me protejo con el escudo de un mejor futuro, el de un camino claro y una vida segura.

Maldita y eterna lucha que no acaba nunca ¿por qué? ¿acaso no merezco la felicidad también?

Basta! Cállate ¿ que hace? ¿por qué te vuelves a cuestionar? ¿por qué caes en ese juego destructivo otra vez? Calla de una vez y mira lo que tienes en frente.

El miedo guiaba mi vida y cuesta correrlo de ella. 

miércoles, 11 de febrero de 2009

meaningless reflection

La oscuridad de la noche parece calmarme. Eso de sentir el viento acariciar tu cara, poniendo en alerta a tu cuerpo a punto de tener frío, pero no aun.

El contraste entre el sonido de la calle y en del hogar es abismante; el primero es una penumbra algo cansada, una rasposa corriente de ladridos y ramas chocando unas contra otras, el fugaz motor de un auto alejarse en la carretera y el clásico grillo alegrando las bromas más incomodas, un fugaz recordatorio del cansancio; el segundo es cálido, lleno de luz y vida, risas y gritos pendientes de la televisión que sin descanso transmite programación sin sentido y estúpida, pero esclavizante, el lejano sonido del televisor se sienta con la tranquilidad de las habitaciones vacías, una, y las que resguardan a una que otra alma, dos y tres. Tiene sentido sentir la noche, un respiro helado inspirador, sin sentido.

El día tan despiadado y calculador, una jaula sin barreras. El reloj como guardia y las nubes como testigos.

La luz es todo. La noche y dentro ¿dentro? Sí dentro, la casa llena de luz artificial lista para ahuyentar los más ridículos temores que renacen cuando esta luz se va. La noche, luz. Sí, luz oscura e imposible, tenue y oculta bajo formas y texturas, ondas energéticas que colisionan en objetos tenues. Todos son lo mismo, blanco, negro, día y noche. No. Son distintos ¿cierto? Que tienen de distintos ¿la luz? Es la misma, ¿cuál es la diferencia? Ninguna ¿entonces? No lo sé. La diferencia es como el amor, está pero no sabes donde, ni porque, pero está… es real.

Amor ¿ que es eso? Eso que te hace pensar estupideces, pero que sé yo de amor. Nada, mucho, poco… todo.

¿qué sentido tiene escribir sin saber? El mismo que tiene respirar, lo necesitar para vivir, porque sin él no eres nada, dejas de existir como te conoces, te hace quien eres. ¿no dicen que eres lo que haces? Que extraño. Si hago el amor soy amor, si hago sexo soy sexo y si hago nada ¿seré nada? ¿Es posible hacer nada? ¿es posible?

Me pregunto que es posible e imposible. El cielo es el límite… dicen. Y que pasa con la muerte ¿ no es otro límite? ¿O es sólo otro peaje para continuar el camino?. ¿Qué hay más allá? ¿qué es más allá?. Tantas preguntas y tan pocas respuestas ¿o serán demasiadas respuestas, pero no las preguntas correctas?. Eso. Sí, eso es.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

De una pesadilla a una realidad

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Las luces, cruzando la escena, hacían figuras de muertes horribles, chispas que reventaban las voces de los condenados, palabras de perdición que emanaba de sus bocas como bilis ácida y todo parecía tan real. Despertó sudando en una cama que no reconocía, en una habitación que no era de ella, en un mundo que la quería muerta ¿qué es esto? Tu vida. ¿qué es esto? Gritó, antes de darse cuenta que realmente nada había cambiado, todo estaba en su lugar y las cosas eran las misma, sólo ella había mutado y su mente la estaba poniendo a prueba.

Tratando de despertar se sentó en la orilla de la cama justo frente al baño, sólo en caso en que las ganas de vomitar, causadas por el dolor que lenta y dolorosamente se retorcía en ella como pequeñas almas navegando sus intestinos, la dominaran. Respiraba lento, parecía estar tranquila, pero hacía gran esfuerzo por mantenerse así, el calor que la rodeaba casi no la dejaba respirar y comenzaba a afectarle la cabeza, mas desde a fuera todo parecía normal. Ya no podía ver bien y todo giraba dentro de ella mientras la habitación se meneaba diabólicamente. Sin darse cuenta entra en un profundo transe uno del que difícilmente se podría recuperar. Con los ojos blancos, la boca entre abierta, los músculos del cuello tensos y la “mirada” perdida en los recónditos colores y figuras del techo.

Las luces otra vez. Las muertes otra ves. Los cuerpos otra vez. Se arrastraban en el suelo de inmundicias y penas, lamentos acompañaban los quejidos más tortuosos que un ser humano podía escuchar, pero no era humano. Cómo desgarran la carne de sus propios huesos sin que ella los pudiese detener ¡déjenme en paz! Como, putrefacta, se vuelve a reconstruir la historia de su vida, mierda que colgaban de sus recuerdo, orina de sus ojos y un pañuelo blanco. Blanco. Tómalo. 

En un recuerdo flotaba, ahora sumergida en una penumbra misteriosa donde no había más que dolor, mas aun se podía refugiar en el recuerdo de aquel insignificante e irrelevante pañuelo blanco. Enfocaba sus lágrimas, que ahora corrían por su cara sin vergüenza, en sus heridas y en la tortuoso llegada salada de ellas hacía sus adentros a través de la carne abierta de su espalda y sus piernas, sus brazos y cara. El ardor iba más allá y penetraba los huesos, la sangre pintaba su cara llena de surcos por las lágrimas derramadas, el punzante dolor de los cortes imaginarios, los desgarros oníricos y los quiebres fantásticos la tenían atrapada en un desesperante espiral de castigos. No merecía esto, merecía más. ¿o no?

Despierta. Un martillo que golpea su pecho la hace abrir los ojos y despertar de aquella pesadilla, un río de adrenalina que corría por sus venas reanimando los músculos casi muertos  y los recuerdos casi perdidos. Desorientada mira cuidadosamente a su alrededor, esperando encontrar algo de aquellas horribles visiones sin sentido que atacaban como sobras y llantos desde la muerte de aquel hombre, pero nada se presentó. Trato de calmarse, pero las drogas del cuerpo se abarrotaba en sus oídos y entorpecía sus movimientos, así que esperó largos minutos hasta que el recuerdo de aquella pesadillas se difuminó en las estrellas y la luz de luna que se colaba entre la cortina. Se levantó y lavó su cara con el agua más fría que las cañerías le podían dar, tratando de despertar de su vida. ¿qué es esto?

el pañuelo blanco seguía vagando en su mente, buscando algún sentido.



¿quien es aquel hombre?